Opinión: Llamar a lo bueno malo y a lo malo bueno.

Cuando estudiaba Dirección y Producción de Radio y Televisión, salí a buscar una noticia para un noticiero que estábamos grabando para un examen final. Vi  a un hombre subido en un poste de luz y mi primera reacción fue grabarlo. De pronto el hombre cae y yo lo sigo con mi cámara hasta hacerle un close up cuando el hombre yace en el piso muerto con los ojos abiertos. Realmente era una escena dantesca, pero para mí era una primicia: la toma registrada era bellísima, en eso coincidieron los compañeros que iban conmigo. La verdad es que íbamos emocionados a poner nuestro vídeo en el noticiero. 

Llegada la hora de que el profesor viera el vídeo del noticiero ya terminado, editado. El profesor mostró cara de satisfacción, pero aún así nos puso un 4.30/5 porque el vídeo del hombre electrocutado había sido anti ético y amarillista. Si bien el noticiero era digno de un 5, no sólo por el esfuerzo que todos habíamos puesto en ese trabajo, también era cierto que el profesor buscaba educarnos en la ética que como profesionales de los medios debíamos tener. 

Hace un par de días mostraron como era baleado el embajador ruso en Turquía mientras esté daba un discurso. Así como esta imagen los noticieros muestran los vídeos amarillistas enviados por ISIS cuando degollan a sus víctimas o se transmiten por las redes sociales vídeos de los grupos terroristas saciando su odio en contra del género humano. Hoy en día no importa que tanto el hombre sea vejado y humillado, sino que importa la primicia. 

La anécdota antes mencionada me enseñó dos cosas: 

1. Nuestros valores como seres humanos donde mejor se aprecian es en el ámbito laboral. Una persona se puede calificar de decente o burdo, de honesto o corrupto en su puesto de trabajo. 

2. El trabajo no debe realizarse solamente con la mentalidad de cobrar un sueldo a fin de mes, sino poner lo mejor del conocimiento en eso que se está realizando. Quien no tiene vocación es preferible que abandone su cargo, porque eso que hace lo está haciendo solo por dinero y no por amor.