El soldado nazi más temido era una mujer, su nombre Violette Morris. Su historia supera cualquier ficción, ya que era la mujer más temida por la Francia ocupada por los nazis. Ha sido una mujer olvidada por la historia y a la que el deporte francés le debe muchas glorias, pero que le debe al mundo muchas vidas y sufrimiento a su patria. Morris disfrutaba ver el miedo reflejado en las miradas de sus víctimas, así como disfrutaba de las torturas de las cuales les hacía víctimas. Podemos decir que tanto Violette Morris como Irma Grese, mejor conocida como la Bella Bestia fueron de las pocas mujeres que sirvieron como soldados nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Morris nació el 18 de abril de 1893 en París, era las más joven de sus 6 hermanos. Siendo lesbiana en 1914 se casó a los 20 años y se divorció en 1923. Violette era fornida y atlética, media 1.66cm y pesaba 68kg. Tenía cualidades físicas y voluntad para ejercer cualquier deporte, desde atletismo, natación, fútbol, hasta boxeo y tiro con arco. Como atleta gano todo tipo de medallas.
Durante la I Guerra Mundial sirvió como militar enfermera, condujo una ambulancia con la que estuvo en la Batalla de Somme y Verdùn. En 1923, luego de divorciarse comenzó a vestirse como hombre, y comenzó a mostrar señales de bisexualidad. Su estilo de vida era muy diferente al papel tradicional de la mujer francesa de los años 20, ya que lleva una doble vida. Le encantaba la noche, el vino y las bellas mujeres, que dicho sea de paso, nunca le faltaron. Su vida era motivo de escándalo, no solamente por su forma de vestir sino porque fumaba puro, portaba enormes cuchillos y no le importaba caminar de la mano de sus amantes femeninas por la calle. Morris había ya adoptado ademanes masculinos, pero a Violette parecía no importarle lo que decía de ella la gente. Una mujer vestida de hombre, robusta, ávida fumadora y con dos compañías fijas: los cuchillos y sus novias.
"Lo que hace un hombre también lo puede hacer Violette", decía ella quizás para provocar algún tipo de respeto. Violette tenía una gran afición por los autos de carrera, y lo tenía como uno más de sus deportes. Mientras que el automovilismo evolucionaba, los autos se iban compactando más y más, por lo que a Violette le resultaba la cabina muy estrecha y el volante le oprimía el busto, por lo que decide hacerse una masectomìa con el fin de encajar com más facilidad en los autos de carrera. En 1935 es contactada por la Sicherhertsdienst, la agencia de las SS Nazi. Se dejó seducir por la Gestapo, pero también fue invitada de honor a los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Este evento sería utilizado por Hitler como vehículo de propaganda. A cambio de ello, Violette le entregó a Alemania los planes parciales de la línea Maginot (búnkers fronterizos de defensa), planes detallados de los puntos estratégicos de París y los esquemas de abastecimiento principal del ejército francés. Esta información fue vital para la invasión alemana y la toma de Paris en 1940.
Siendo parte de la Gestapo, tomó parte en las detenciones, interrogatorios y torturas. Desde 1940 estuvo bajo las órdenes de Helmut Knochen, quien fuera comandante de las SS durante la ocupación nazi en Francia. Entre 1942 y 1944, Violette fue responsable de los organismos de la Gestapo. Formo parte de una red de delatores y espías colaboracionistas de los nazis. En 1944 fue asesinada por los miembros de la resistencia francesa cuando viajaba de Normandía a París el 26 de abril. Su cuerpo fue acribillado a balazos y luego lanzado a una fosa común. Violette Morris pasó a ser un icono del feminismo, pero para los franceses paso a ser la traidora de la patria.
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