"Quien a un hijo consciente engorda una serpiente"
La conducta de los niños es responsabilidad de los padres, pero cuando los padres se vuelven complacientes con los niños, cumpliéndoles todos sus caprichos terminan convirtiéndose en pequeños tiranos. Es importante que los padres les enseñen a sus hijos el significado del respeto a los demás, que no siempre el niño puede esperar que todos sus caprichos sean cumplidos y lo más importante, que el niño sepa en cualquier circunstancia aceptar un NO por respuesta.
Se trata del Síndrome del Emperador, un trastorno de conducta que afecta a los niños. Principalmente se inicia en el hogar, cuando el niño es mimado, y desafía a sus padres, y estos se lo permiten.
La característica principal de este síndrome es el sentimiento de autoridad que tiene el menor hacia los demás, por lo que los padres terminan dándoles privilegios desmesurados y dándoles todo sin ningún tipo de límites. Cuando el menor no obtiene lo que desea reacciona con agresiones tanto vernales como físicas con aires de autoridad, así como usa la manipulación haciéndose la víctima o el incomprendido. Un joven con este síndrome es porque los padres, o uno de ellos le ha alimentado el ego desde muy corta edad, por lo tanto no se someten ante los castigos de los padres, por lo que no suelen plegarse a las normas y no conocen de límites, sobre todo porque los padres no los disciplinan.
Los jóvenes o menores con este síndrome son incapaces de ponerse en el lugar del otro, por lo que no saben ver cómo sus actos afectan a los demás, y por lo tanto no tienen remordimientos cuando causan daño. Quienes padecen de este síndrome esperan recibir lo que quieren y esperan que sean los demás quienes se los proporcionen. Un niño comienza a mostrar señas de este síndrome desde los 5 años y si los padres no piden ayuda los síntomas pueden agravarse hasta el extremo de volverse una situación incontrolable.
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