Muchos malagueños mencionan al tío Mantequero cuando quieren que sus hijos se porten bien, los pequeños le tienen miedo aunque no saben que detrás de ese personaje se esconde una terrorífica historia real, que mancho con sangre la historia de aquella localidad. Era el 7 de agosto de 1913, cuando la muerte cobró la vida de Manuelito de 9 años. El pequeño se había alejado de sus padres, quienes vendían aperitivos a los clientes del cine Pascualini, y se había puesto al alcance de unos despiadados criminales.
El hallazgo del cuerpo del niño despierta en Málaga los miedos más profundos y un temor colectivo ante algo que nadie podía controlar. El 13 de agosto se le realiza al niño la autopsia que revela que el pequeño fue asesinado y seguramente el o los asesinos querían su sangre. Para aquella época la manteca y/o la sangre de un niño era usada como medicina por los curanderos o brujos para enfermedades o dolencias respiratorias.
La historia no ha sido del todo clara, se implicó en aquel momento a un reconocido torero que había muerto de tuberculosis poco después del crimen. El miedo que aquel bebedor de sangre dio origen a la leyenda de “El tío Mantequero”.
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