Los sucesos del 11 de septiembre de 2001 fueron un parte aguas en la historia de los Estados Unidos y de los países que se vieron afectados por tan lamentable suceso. Lo que muy pocos saben es que en 1945 el Empire State también había sido victima de un bombardero B-25 a cargo de Bill Smith, un condecorado teniente coronel. Dicho suceso pasó al olvido seguramente luego de la tragedia de las Torres Gemelas, 56 años después. La Segunda Guerra Mundial había finalizado, y el temor de que el edificio más emblemático de los Estados Unidos sufriera un ataque estaba presente.
La guerra en Europa había finalizado y poco después Japón se rendiría. Fue un 28 de julio de 1945 cuando un héroe de guerra estrello el avión en tan emblemática edificación. Aquella mañana de sábado, el condecorado teniente Smith comenzó con la sencilla misión de llevar el avión desde la base del Dakota del sur hasta Nueva Jersey. Smith partió antes de las 9am y luego de una hora de vuelo recibió un mensaje desde el aeropuerto de Queens, hoy día aeropuerto de la guardia, que una densa niebla se había apoderado de Manhattan y que era necesario aterrizar antes de surcar la isla, dicho mensaje fue recibido y contestado por Smith mas no tomado en cuenta.
Smith en lugar de aterrizar opto por descender de los 2000 metros reglamentarios esperanzado de poder ver tierra firme y aterrizar, pero cuando la niebla se desvaneció se encontró de frente con los rascacielos de Manhattan, y a la altura de la quinta avenida, intento esquivar el imponente edificio que le cerraba el paso, y terminó estrellándose contra el Empire State. El B-25 se estrello a 320 Km. /h, arrasando así con las plantas 78 y 79, provocando una antorcha con el combustible derramado, inundando los pasillos de fuego hasta la planta 75. Uno de los motores cayo en el hueco del ascensor incendiando el sótano, y el otro atravesó 7 paredes del edificio hasta caer en la calle 33. El tren de aterrizaje y otras partes del avión provocaron daños en los edificios cercanos.
El pánico se había apoderado de la ciudad, pues pensaban que la ciudad estaba siendo atacada, pues pensaban que tras Pearl Harbour, Nueva York sería objetivo de ataque. Ese día 14 personas murieron, aunque en otras fuentes aseguren que fueron 13, y 26 heridos. Lo curioso era que la planta 79 era la sede de “la conferencia nacional católica de ayuda a los heridos de guerra”, mas de 20 mujeres se encontraban haciendo informes, muriendo de ellas solo 6, el resto fueron despedidas por el impacto cayendo en el hueco del montacargas logrando salvar sus vidas. Expertos aseguran que la catástrofe pudo haber sido muchísimo mayor, ya que un día normal el edificio tenía 16.000 trabajadores, pero como era un sábado solo había 1.500.
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