Estamos en una época en donde el hecho de apelar a los buenos sentimientos del prójimo se ha convertido en una forma de manipular al otro, de convertir algo tan indignante como la lástima en más indignante todavía. Esto lo vemos no solamente en las relaciones interpersonales sino en el ámbito de las relaciones internacionales, en la cosa política y en cualquier entorno en donde el hombre se relacione con el mundo. Cuando una persona busca inspirar la lastima del mundo, está poniendo en juego su dignidad, su amor propio, y tal parece que hoy en día la dignidad vale mucho menos que un objetivo, tal parece que la dignidad, el amor propio y la moral están muy por debajo que beneficios económicos, que el reconocimiento por parte de la comunidad internacional, y aún peor, está muy por debajo de la sed de venganza.
La ignorancia (en parte) y por otro lado, el desconocimiento del mundo en asuntos como los conflictos en Medio Oriente, hacen a Occidente vulnerable de caer en la trampa de la victimizacion de quienes usan el tema de las guerras para llegar a nuestros países libres, llamando a la lastima y a la conmiseración para debilitar así el instinto y la intuición para infiltrarse de forma engañosa y querer imponer sus leyes antidemocraticas. Pero también la victimizacion se usa en el ámbito de la política y las leyes, cuando crimínales buscan conmover usando enfermedades y toda suerte de tretas para salir bien librados de un merecido y justo castigo. Este es un claro ejemplo que estámos viendo en nuestros países, en donde el “perdón” de ser una expresión sublime pasa a ser una estrategia burda con la cual quieren manipular al pueblo, apelando a los nobles sentimientos, para luego subyugarlos.
La Paz no se alcanza con engaños, ni con representaciones teatrales en donde los crimínales pretenden usar la lastima y la victimizacion para poder lograr lo que buscan, al no haberlo logrado con la violencia y las acciones ilegales. La tolerancia ilimitada en lugar de hacerle un bien a las sociedades, le están haciendo un daño irreparable, ya que se les están dando armas a los intolerantes.