Santiago 2:4 ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos?
El rechazo, las diferencias raciales, socioeconómicas y religiosas han sido un problema para el desarrollo armónico de muchas naciones hasta el punto de pasar a un nivel donde muchas manos se han manchado de sangre, expertos llaman a esta actitud “Crimen o delito de odio”. La violencia motivada por los prejuicios es muy común entre las comunidades que aún conservan tabús, también podemos mencionar algunas comunidades carentes de valores, educación, aunque también podríamos mencionar algunos actos discriminatorios de algunas comunidades religiosas que tergiversan sus escrituras para cometer todo tipo de atrocidades.
Sugiero tocar un caso puntual, un caso del conocimiento de muchos, más específicamente, del conocimiento de mis lectores colombianos, un caso que es prueba palpable de la discriminación regional en Colombia. Es importante antes aclarar que cuando hablamos de discriminación no estamos hablando de el rechazo de los blancos a los negros, la discriminación como tal en los países latinoamericanos se da a nivel regional, ahora sería muy complicado de dar un ejemplo puntual, pero considero que este caso que tocare nos dará una idea de lo que ocurre a nivel de Latinoamérica y lo importante que es quitarnos esa atadura en pro del desarrollo y las buenas relaciones interpersonales.
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- El joven Luis Andrés no habría cometido suicidio, sino que fue asesinado.
- El cuerpo no tenía solo una herida como se reportó en el informe oficial; el forense, encontró siete heridas más en el cuerpo (ninguna de estas heridas es compatible con caída de altura).1
- Uno de los golpes se vio reflejado en el cráneo de Luis Andrés y por su forma pareciera que hubiera sido golpeado con una botella, estando él en movimiento. Otras de las heridas en el cráneo parecían ser hechas con arma blanca. Entre muchos otros datos, los cuales se pueden tener acceso en http://es.wikipedia.org/wiki/El_caso_Colmenares. Hoy día, a mas de un año de la muerte del joven Colmenares Escobar, la verdad absoluta de lo que aconteció aquella noche no ha sido revelada.
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Lo llevaron a un descampado y le pegaron sin escuchar sus ruegos de piedad. Lo ataron a una cerca, le sacaron los zapatos, la billetera. Luego le rompieron el cráneo con la culata de una pistola. Pensaron que estaba muerto, pero Shepard murió cinco días después. Cuando lo rescataron, había pasado 18 horas tendido al costado de un camino, con una temperatura de cero grado. Como los casos de Colmenares y Shepard hay muchos más, pero hoy nuestra obligación como colombianos y mas aún, nuestra obligación como seres humanos es detener tanto odio entre los más jóvenes.
Efesios 2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
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