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jueves, 13 de septiembre de 2012

Maestros del Horror: Lucio Fulci


Se trata de uno de los directores más controvertidos del cine de terror. Después de estudiar medicina, Lucio Fulci, optó por una carrera cinematográfica, trabajando en una gran variedad de géneros en Italia. A principios de la década de 1970 se inclino por los thrillers, dirigiendo films Giallo que fueron un éxito comercial y bastante polémico por ser terriblemente violentas y brutales, pero su superficie sangrienta a menudo oculta comentarios inteligentes sobre temas sociales o religiosos. Fue en 1979 cuando filmo su primer gran éxito, llamado Zombi II, un film excesivamente violento de zombis, tratando de igualar la popularidad de Dawn of the dead (1978), la cual fue titulada en Italia como Zombi (aunque no hay conexión entre la película de George A. Romero y Fulci).
Así le siguieron varias películas que no solo abarcaban el terror sino lo sobrenatural, pero estas películas en su gran mayoría incluían zombis. Muchos expertos argumentan que se trata de un hábil artesano que crea grandes obras con un presupuesto ajustado. Se ha visto como un genio o simplemente como un sensacionalista barato, este artista ha tenido una influencia importante y única en el género de terror. Sus obras han sido catalogadas por algunos críticos como las películas más violentas y gore jamás hechas.
City of the Living Dead (1980), El más allá (1981), The House by the Cemetery (1981), y The New York Ripper (1982) fueron algunos de sus grandes éxitos durante este tiempo; todas mostraban grandes dosis de sangre y crueldad, por lo que fueron censuradas o catalogadas para adultos debido a su contenido violento. Esto las hizo populares entre adolescentes amantes del cine de horror.
 Después de la mitad de los años 1980 el estilo de Fulci empezó a declinar. Además tenía problemas personales y de salud, lo que empeoró su situación. Su muerte ocurrió al no inyectarse la insulina para tratar su diabetes. Algunos conocidos dicen que fue en parte un suicidio, pero no se ha podido confirmar. En 1998, El más allá fue reestrenada en los cines por Quentin Tarantino, quien ha citado a la película, y al propio Fulci como fuente de inspiración.

Maestros del Horror: Mario Bava


Aislados de la corriente principal de Hollywood y la industria del cine británico, el cine de horror italiano desarrollo su propio estilo convirtiéndose en una fuerza importante en la historia de este género. Recientemente se les ha dado el crédito y la importancia que se merecen a los amos del terror italiano, Mario Bava y el siempre recordado Dario Argento, quienes en su momento disfrutaron del renacer de su trabajo.
No fue sino hasta 1956 cuando se estrena el primer film de horror italiano de la mano de Riccardo Freda bajo el nombre de "I Vampiri", dicho film desde el principio presento problemas, tanto así que luego de 10 días de filmación, Freda renunció dejando el proyecto en manos de su camarógrafo Mario Bava, nacido en San Remo, hijo del director de Fotografía y Escultor, Eugenio Bava, y padre del también director Lamberto Bava.
 En 1960 es  cuando Mario Bava hace su debut como director con el film "La Maschera del Demonio", siendo este film el precursor de un subgénero del cine de horror que llevaría al director a la fama. En poco tiempo Mario Bava fue llamado el Hitchcock Italiano, reconocido también como el maestro de los efectos especiales. Pese a que estudió bellas artes pronto se pasó al mundo del cine, comenzando como cámara y más tarde pasando a director de fotografía. Como director de fotografía trabajó a las órdenes de directores como Jacques Tourneur. Después de continuar en un par de films de terror con actores de la talla de Boris Karloff. Sus siguientes trabajos sirven para iniciar una nueva corriente cinematográfica, el Giallo. Generalmente se considera a Seis mujeres para el Asesino la primera muestra de esta corriente. Mario Bava y Dario Argento son los directores más representativos de este género.
 Todas las películas de Mario Bava están impregnadas de una fuerte conciencia de la luz y la sombra. "La Maschera del Demonio" fue considerada un film obscenamente violento, pero hermosamente seductor.

lunes, 10 de septiembre de 2012

¿Sabías que?


1.      Existe una araña semejante al pavo real.

3.      La comida se envenena cerca de la computadora.

4.      Los hombres en Taiwán tendrán que orinar sentados.

5.      El síndrome por el consumo compulsivo de beber agua se denomina polidipsia psicogénica.

6.      Las risas que se oyen de fondo en TV fueron grabadas en los 50, la mayoría de las risas son de personas ya fallecidas.

7.      Muchas de las escenas de las películas de Saw fueron inspiradas por pesadillas que tuvo el director de pequeño..

8.      Los cocodrilos pueden sobrevivir comiendo solo una vez al año.

9.      Anne Elizabeth, pasajera de 1ra clase del Titanic, falleció intentando salvar a su perro.

10.  Antes de convertirse en el baterista de Metallica, Lars Ulrich, era tenista..

La Cuna de Judas


En la época de la Santa Inquisición muchos fueron los métodos de tortura, todos crueles, todos ellos llenaban de pánico a aquellos que solo se imaginaban caer en manos del Santo Oficio. Quizás uno de los métodos más terribles y más crueles que se implementaron durante la Santa Inquisición. La Cuna de Judas fue un instrumento de tortura inventado por el jurista boloñés Ippolito Marsili (1450-1529). Este instrumento era una pirámide sobre la cual se alzaba a la victima para luego dejarla caer tantas veces como fuera necesario de modo que la punta topara en la zona genital o anal con mayor o menor presión dependiendo de cómo evolucionara la confesión.
Este instrumento de tortura era conocido no solamente como La Cuna de Judas por el nombre Judas, el apóstol que traiciono a Jesucristo, sino que también era conocido como Vigía, ya que el condenado era dispuesto de tal manera que si se dormía y relajaba el cuerpo caería sobre la punta hiriente del instrumento. En el siglo XX este instrumento sufrió algunos cambios como una adición de electricidad, en algunas dictaduras militares de países latinoamericanos.
 De La Cuna de Judas existen otras versiones más evolucionadas, en donde la víctima era obligada a sentarse sobre una cuña de metal extremadamente afilada, el peso del cuerpo unido al de las cadenas y bolas pesadas que se le unían a los tobillos causaban que se fuera clavando el metal en el cuerpo hasta que causaba la muerte, normalmente por desangramiento aunque en algunos casos si el cuerpo se torcía podía incluso amputar una extremidad.

jueves, 6 de septiembre de 2012

La Doncella de Hierro


Sin lugar a dudas los métodos de torturas implementados por la Santa inquisición se hicieron muy famosos por su crueldad y por la falta de misericordia que tenían. Uno de los métodos más crueles y quizás más sangrientos es la tristemente famosa Doncella de Hierro, que era utilizado para la tortura y ejecución. Se cree que la primera Doncella de Hierro fue construida en Núremberg, Alemania en el siglo XIX como resultado de una mala interpretación  “Schandmanter” (Capa de la Infamia). Se trataba de un mecanismo hecho de madera y latón pero sin pinchos, que no dañaba el cuerpo y que era utilizada como castigo público para cazadores furtivos y prostitutas, que tenían que llevarlo en público por cierto tiempo.
La Doncella de Hierro de Núremberg tenía una semejanza a la de un humano con dos metros de alto y casi un metro de ancho por lo que era lo suficientemente grande como para que cupiera un hombre plenamente desarrollado, este artefacto curiosamente tenía una cara que se podría reconocer como María la madre de Jesús, y un cuerpo formado por dos puertas que lo asemejaban a un ataúd. El prisionero antes de ser ejecutado tenía que pasar a través de siete salas con siete candados, al final de un largo pasillo se encontraba la cara de una especie de guardarropa de hierro que parecía inofensiva y nada peligrosa, pero en su interior habían unos clavos de hierro, cuyo fin no era matar rápido sino someter al prisionero a una larga y dolorosa tortura, y por ultimo empalar a la victima e infligirle un gran dolor y sufrimiento.
Lo que podría llamar más la atención es la presencia de docenas de clavos punzantes y oxidados, diseñados para ser clavados en la victima esquivando los órganos vitales en cuanto la doble puerta se cierra, lo que permitía que la persona siguiese viva y en posición vertical. El hombre condenado estaba sujeto a un especio extremadamente pequeño para maximizar su nivel de sufrimiento. Las puertas podían ser abiertas de manera independiente para comprobar que la víctima estaba teniendo un sufrimiento genuino y negar el riesgo de posibles escapes, además de ser lo suficientemente gruesas como para que los gritos de dolor del condenado no pudiesen ser escuchados mientras que ambas puertas estuviesen cerradas.
Al cerrarse las puertas de forma lenta las puntas de los clavos penetraban varios puntos del cuerpo del condenado sin matarlo, este proceso duraba un par de días antes de su muerte. Aunque no ha podido se comprobado, algunos expertos historiadores afirman que los clavos que se encontraban en la parte interna de las puertas era movibles, por lo que posiblemente se podrían cambiar de lugar dependiendo de la fisionomía del condenado y del crimen realizado. De esta manera, el resultado global seria más o menos letal y mutilante dependiendo de donde se colocasen los clavos. 
Una versión quizás, la más antigua de la Doncella de Hierro fue la utilizada por la condesa Erzebeth Bathory. Esta condesa húngara torturaba a las doncellas que trabajaban para ella en su palacio con el único objetivo de obtener más sangre y bañarse en ella. La Doncella de Hierro aparece en la literatura romántica y a partir de ahí se populariza. En 1893 el escritor irlandés Bram Stoker escribió una historia corta que hacía referencia a la Doncella de Hierro, “The Iron Maiden”. 




miércoles, 5 de septiembre de 2012

El Fantasma de Arkansas


Un caso que conmociono a la nación norteamericana en a finales de la década de 1920 cuando un vagabundo llamado Connie Franklin testifico en un juicio por asesinato. Todo comenzó en enero de 1929, cuando Connie Franklin se traslado al pueblo de St. James en Stone County, Arkansas. Aquel joven de 22 años pronto consiguió un trabajo cortando madera en una granja. Poco después de su llegada a Arkansas comenzó a cortejar a una joven de 16 años llamada Tillar Ruminer. En marzo de aquel mismo año, Connie Franklin desapareció, y luego de una exhaustiva investigación el Sheriff Sam Johnson presento a Bertha Burns y Tillar Ruminer como evidencia ante el jurado, pero no se tomo ninguna medida.
No fue hasta otoño de 1929 cuando Bertha Burns se contacto con el Sheriff Johnson asegurándole haber encontrado un sombrero ensangrentado que supuestamente pertenecía a Franklin, Burns había entrado en contacto con Sheriff Johnson, con quien fue a un pozo de cenizas alegando que allí podría encontrarse una evidencia del asesinato de Franklin. En aquel pozo el Sheriff Johnson encontró lo que pudieran ser unos fragmentos de huesos y dientes, que fueron llevados a medicina legal donde el Dr. CW Garrison determino que al menos uno de los fragmentos hallados en aquel pozo pertenecía a un cráneo humano. Meses después, Johnson recibió una nota que le proporcionaría algunas pistas que lo llevarían a la verdad.
 Tillar Ruminer en el mes de mayo le había asegurado al Sheriff Johnson que en marzo ella y Franklin habían sido atacados por unos “jinetes nocturnos” el 9 de marzo de 1929 cuando se dirigían donde el juez que los casaría y que fueron atacados por cuatro hombres: Hubert Hester, Herman Greenway, Joe White y Bill Younger. Ruminer aseguro que había sido violada por uno de ellos mientras que los otros, torturaron, mutilaron y luego quemaron vivo a Franklin. Cuando las autoridades cuestionaron el retraso de Ruminer ella dijo que se había mantenido callada debido a la violencia que había sufrido, además de las amenazas de muerte, además de arremeter contra sus padres y hermano.
El 5 de diciembre, La Gaceta de Arkansas publico un titular diciendo que Connie Franklin había sido visto con vida después del supuesto asesinato, que había estado trabajando para Elmer Wingo, un agricultor, y que había estado buscando trabajo durante el mes de marzo de 1929.
 El supuesto Connie Franklin fue examinado, y conocidos aseguraron que ese no era Franklin, que en realidad era conocido como Rogers, pero Tillar Ruminer y su padre aseguraron que aquel hombre no era Connie Franklin, y mantuvieron esta respuesta incluso durante el juicio que se estaba siguiendo. Rogers pudo identificar a Tillar Ruminer y al padre de esta, mientras que otros en la comunidad, incluso los acusados, aseguraron que Rogers y Franklin eran la misma persona.
El caso comenzó a complicarse cuando se descubrió que el hombre que hacía llamarse Connie Franklin se llamaba en realidad Marion Franklin Rogers, que tenía una esposa y que era padre de cuatro hijos. En las investigaciones salieron hechos como que en 1926 Marion Franklin Rogers había sido internado en un hospital psiquiátrico de donde se había escapado tres meses después. Después de un arduo trabajo investigativo el Dr. JE Luther confirmo que a través de la comparación de sus registros de los hopitales Marion Franklin Rogers era Connie Franklin. Los restos óseos que se habían presentado en el juicio perdieron valor, pero Tillar Ruminer insistia que Connie Franklin y Connie Franklin no eran la misma persona y relato su versión de los hechos.
 Marion Franklin Rogers afirmo durante la audiencia que había estado bebiendo con los acusados y que no había visto a Ruminer hasta el día siguiente. Ruminer le había dicho que quería posponer la boda hasta otoño, a lo que él le respondió que si no se realizaba la boda inmediatamente no habría boda. Ella no quiso, así que él salió de la ciudad y trabajo en el cercano Humphrey para no volver, hasta que se enteró de que otros fueron a juicio por su asesinato. Hizo esfuerzos para explicar que la historia tuvo sus orígenes en las guerras de licor entre las familias Hess, los Younger y los Greeways.
La defensa también alegó que los enemigos de los acusados habían utilizado la desaparición de Franklin, para acusarlos de asesinato, incluyendo la colocación de huesos de animales en una fogata en el bosque. En el extremo, el juicio duró dos días. El Juez S.M. Bone dijo al jurado que el juicio ya había costado al condado. Al día siguiente, se emitió un veredicto de “no culpable”. En diciembre de 1932, tres años después del juicio, Rogers fue encontrado muerto tirado al lado de una carretera en las afueras de Clarendon, AR. Los informes médicos mostraron que tenía apendicitis.